miércoles, 21 de diciembre de 2016

Enfoques cooperativos; Hoy: Tropiezos que no enseñan.

Por José Yorg, el cooperario.




“He tranqueu muchos caminos buscando el menos poseau pero al fin he comprobau que el mío tiene un destino  soy demasiau argentino pa que me vengan con cuento mi pampa la llevo adentro y he de llevarla hasta que muera seré horcón de una cumbrera de patria y hombres contentos”. Extracto de  “Permiso” de José Larralde.





La humanidad se encamina, aparente y nuevamente, hacia un paradigma socio-económico global: la desglobalización.

Esta clasificación surge a partir de análisis de pensadores que auscultan las tendencias e interpretan las consideraciones de los líderes influyentes del mundo desarrollado en especial de EE.UU. De nuestra parte, siempre repetimos, no somos economistas sino más bien curiosos y atentos, no somos partidarios de dormir la siesta en estos asuntos.

Tempranamente, en la etapa industrialista del capitalismo, los pensadores de la cooperación se percataron de lo dañino de esta forma de organizar la sociedad e inmediatamente comprendieron  la necesidad de llevar a la práctica factorial la cooperación como forma mejor que aquella en razón a su justa distribución de excedentes.

Aquella etapa capitalista, la industrial, al igual que su anterior, la mercantil, han sido superada enteramente por su última etapa: La financiera. Esta etapa, lo sabemos todos por sufrirla, está signada por permanentes ciclos de crisis.

Entonces, y ya no es un secreto para nadie,  que el problema fundamental que enfrenta la humanidad es que la crisis vino para quedarse e incidir en la vida de los pueblos. Intuimos, en consonancia con muchos pensadores y analistas, que la desglobalización es un intento de restituir vitalidad al método de oferta y demanda dando un paso atrás, volver a la era proteccionista. Sin dudas, existen tropiezos que no enseñan, o no se aprenden o en el peor de los casos, no se quiere aprender.

El economista español  José Luis Sampedro y su enorme y valioso legado nos alecciona: “El sistema capitalista está agotado. No pensemos en reformar al capitalismo, pues éste se ha reformado bastantes veces. Pues eso es un proceso vital de un sistema que sube, aumenta y se cae”.

En este escenario, en esta etapa episódica de la humanidad, rememoramos la preocupación que perturbó la mente de Robert Owen (1771-1858) al comprobar tempranamente los aspectos negativos señalados, ya presentes en esa época, además de haber auscultado de la humanidad su historia, concluyó que el hombre es “el resultado necesario de su organización y de las condiciones en que le sitúan la naturaleza y la sociedad”. Han pasado más de siglo y medio de esas conclusiones, harto comprobadas y que no se aprende, se tropieza una y otra vez.

Es tiempo de pensar y accionar hacia la globalización de la cooperación.

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!


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