miércoles, 17 de julio de 2024

Reflexiones sobre conducción institucional escolar y Educabilidad y Formabilidad.

 

Por Ana María Ramírez Zarza y José Yorg.

 

“La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo”. Paulo Freire.

 


Abordamos aquí dos cuestiones interrelacionadas del campo educacional: La conducción directiva  y la concepción del abordaje educativo.



Primera cuestión:

¿Cómo conducir  y orientar el proceso  enseñanza-aprendizaje en las instituciones educativas para superar la influencia de conceptos y procedimientos empresaristas?

Las escuelas, las instituciones educativas, no son empresas ni privadas ni estatales, son instituciones que deben regirse por la lógica de la ciencia de la educación en concordancia con las políticas públicas dictadas al efecto.

Hasta ahora, todos los ensayos de reformas educativas, no  tuvieron el éxito esperado, es decir, superar la crisis educativa, una de las causales es el concepto que hemos definido más arriba, el concepto empresarista neoliberal, que resulta un concepto interpuesto en un cuerpo extraño, cual es la institución educativa.

Entendemos que las instituciones educativas tienen un mandato histórico que ayude al mejoramiento humano y a la calidad de vida de la ciudadanía por medio de programas y métodos educativos eficientes, incluyentes y de excelencia académica.

Sabemos que a las escuelas concurren educandos con diversas características emocionales y formativas, que hacen a su rendimiento escolar como fruto de las estimulaciones didácticas que reciben y de tal modo lograr los avances significativos.

Entonces, estamos claramente en el ámbito social, pues la educación es un hecho social y por tanto, político.

De todo ello tenemos la firme convicción que las instituciones NO se gestionan, se conducen, acorde a las políticas establecidas a esa naturaleza educativa.

Segunda cuestión:

La otra negatividad que se incrementa como fenómeno social es la aparición y acción negativa de los denominados “padres o madres tóxicas”.

Este fenómeno puede interpretarse desde varias ópticas y confluyentes, lo cierto y concreto es que estas parcialidades han roto el contrato educativo-formativo de sus hijos que consiste en desenvolver en el hogar buenos y positivos desarrollo de hábitos de conducta denominado formabilidad del futuro educando, como elemento básico al desarrollo de su educabilidad en la escuela.

Esa negatividad se expresa en el alumno como conductas disfuncionales como indisciplina, desatención, agresividad, poco o nulo apego a sus responsabilidades escolares, y producen interrupciones frecuentes del desarrollo de la clase en perjuicio de todos/as, obligando al docente a intervenir para restablecer el ambiente de estudio y trabajo áulico.

Ambos campos-Formabilidad y Educabilidad-son fundamentales procesos encaminados por una sociedad consciente de sus responsabilidades, una Comunidad Organizada para el bien común.

Rol de la Cooperación escolar.

El aprendizaje cooperativo interpuesto en las aulas resulta positiva,, respaldadas por experiencias en todo el territorio argentino que cuenta con un formidable historial como políticas públicas de promoción y apoyo, prueba de ello, baste mencionar el artículo N° 90 de la Ley nacional de educación N° 26206.

El método cooperativo optimiza y dinamiza el proceso enseñanza-aprendizaje y por consecuencia, mejorara  la calidad educativa, y abre caminos al futuro, superando roles distintos al del enfoque tradicional, ya perimido.

 

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