Por
Ana María Ramírez Zarza y José Yorg.
“La
educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el
mundo”. Paulo
Freire.
Abordamos aquí dos cuestiones interrelacionadas del
campo educacional: La conducción directiva y la concepción del abordaje educativo.
¿Cómo conducir y orientar el proceso enseñanza-aprendizaje en las instituciones
educativas para superar la influencia de conceptos y procedimientos empresaristas?
Las escuelas, las instituciones educativas, no son
empresas ni privadas ni estatales, son instituciones que deben regirse por la
lógica de la ciencia de la educación en concordancia con las políticas públicas
dictadas al efecto.
Hasta ahora, todos los ensayos de reformas educativas,
no tuvieron el éxito esperado, es decir,
superar la crisis educativa, una de las causales es el concepto que hemos
definido más arriba, el concepto empresarista neoliberal, que resulta un
concepto interpuesto en un cuerpo extraño, cual es la institución educativa.
Entendemos que las instituciones educativas tienen un
mandato histórico que ayude al mejoramiento humano y a la calidad de vida de la
ciudadanía por medio de programas y métodos educativos eficientes, incluyentes
y de excelencia académica.
Sabemos que a las escuelas concurren educandos con
diversas características emocionales y formativas, que hacen a su rendimiento escolar
como fruto de las estimulaciones didácticas que reciben y de tal modo lograr
los avances significativos.
Entonces, estamos claramente en el ámbito social, pues
la educación es un hecho social y por tanto, político.
De todo ello tenemos la firme convicción que las
instituciones NO se gestionan, se conducen, acorde a las políticas establecidas
a esa naturaleza educativa.
Segunda cuestión:
La otra negatividad que se incrementa como fenómeno social
es la aparición y acción negativa de los denominados “padres o madres tóxicas”.
Este fenómeno puede interpretarse desde varias ópticas
y confluyentes, lo cierto y concreto es que estas parcialidades han roto el
contrato educativo-formativo de sus hijos que consiste en desenvolver en el
hogar buenos y positivos desarrollo de hábitos de conducta denominado formabilidad del futuro educando, como
elemento básico al desarrollo de su educabilidad
en la escuela.
Esa negatividad se expresa en el alumno como conductas
disfuncionales como indisciplina, desatención, agresividad, poco o nulo apego a
sus responsabilidades escolares, y producen interrupciones frecuentes del
desarrollo de la clase en perjuicio de todos/as, obligando al docente a
intervenir para restablecer el ambiente de estudio y trabajo áulico.
Ambos campos-Formabilidad y Educabilidad-son
fundamentales procesos encaminados por una sociedad consciente de sus responsabilidades,
una Comunidad Organizada para el bien común.
Rol
de la Cooperación escolar.
El aprendizaje cooperativo interpuesto en las aulas resulta
positiva,, respaldadas por experiencias en todo el territorio argentino que
cuenta con un formidable historial como políticas públicas de promoción y
apoyo, prueba de ello, baste mencionar el artículo N° 90 de la Ley nacional de
educación N° 26206.
El método cooperativo optimiza y dinamiza el proceso
enseñanza-aprendizaje y por consecuencia, mejorara la calidad educativa, y abre caminos al futuro,
superando roles distintos al del enfoque tradicional, ya perimido.
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