“La ruptura del proceso
enseñanza-aprendizaje no se perdió del
todo por la heroicidad de los docentes y padres guiados por un instinto de cooperación.”
El educador
social José Yorg advirtió que “La pandemia trajo consigo muchas atrocidades que
todos/as lo comprobamos a diario, una de esas maldades es el desarme educativo
del encuentro entre el docente y sus educandos en el aula, y sin embargo, esa
ruptura del proceso enseñanza-aprendizaje no se perdió del todo por la heroicidad de los
docentes y los padres guiados por un
instinto de cooperación.”
“La pandemia
evidenció la imperiosa necesidad de llenar las aulas de cooperación y que
además celebramos que trascienda a la sociedad la vigencia de los valores y
principios cooperativos porque la práctica de la
cooperación facilita la conjunción de esfuerzos compartidos y una relación
amigable con acuerdos que permita la construcción de sociedades más
democráticas y prósperas”, aseveró.
Sostuvo Yorg que “al hablar de educación cooperativa hacemos referencia a los contenidos, los valores y métodos de estudio que proveen al educando de habilidades, destrezas y capacidades organizativas y que le dotan de herramientas conceptuales y procedimentales que le facilitan viabilizar con éxito emprendimientos productivos cooperativos”.
“Para alcanzar esa meta, nada mejor que la pedagogía cooperaria en las aulas, y entonces qué mejor que citar otra conceptualización de la UNESCO que considera la cultura como “la que ofrece el contexto, valores, subjetividad, actitudes y habilidades que deben ocurrir el proceso de desarrollo”. Sin cooperación cultural, cualquier intento de desarrollo fallará”, concluyó Yorg.