Por Roque Arguello.
“Sabed que las historias
perduran y nos ayudan a aprender, a comprender y a crecer”. Élia Guardiola.
“La
ciudad cree que fuera de ella no hay más que paisaje, patatas y leche; ignoran
que también existe una cultura noble, antiquísima e insobornable.” Alfonso
Daniel Rodríguez Castelao.
Arguello comparte su invetigación histórica. |
Abordamos en
este IVº fragmento y penúltimo de la propuesta, la temática de la nefasta
influencia cultural stronista en el pueblo formoseño, que algún político nos
denominó en consecuencia como “formobichos”. El perfil autoritario de algunos y
el perfil sumiso, adormilado, manso, de muchos, sus causas y consecuencias.
Comenzamos bajo la
mirada crítica de un lector sobre nuestro trabajo de investigación, quien nos
escribiera, vía Facebook, expresando su desacuerdo con la historia y
consecuencias de la influencia paraguaya en nuestra Provincia de Formosa.
Expone nuestro seguidor, “Usted generaliza
sobre sus conceptos, sobre la cultura de los formoseños, como si fuese que
todos somos descendientes de paraguayos, y Formosa es producto, nacida y
nutrida y enriquecida de variadas culturas de inmigrantes de todas partes del
mundo, con distintas características, todas positivas, tantos de los
paraguayos, italianos, árabes, judíos, alemanes, argelinos, franceses y otras
nacionalidades”…...
Entendemos que la Identidad cultural de un pueblo es el
conjunto de conocimientos, valores, hábitos, principios, costumbres, símbolos,
creencias y modos de comportamientos, ellos funcionan como elementos cohesionadores dentro de un
grupo social determinado e histórico, que actúan como sustrato para que los individuos que lo conforman puedan
fundamentar y exhibir su sentimiento de pertenencia…
En las diversas culturas de los pueblos, es casi
común que una de ellas tenga preponderancia sobre las otras, pensamos que es
ese el caso de la Provincia de Formosa, donde la cultura guaranítica-paraguaya
tiene primacía sobre las demás, sin menoscabo, con gran respeto, como ocurrió y
ocurre con las distintas inmigraciones del oeste formoseño, cuyas raíces
culturales son los criollos salteños-santiagueños o la correntina y en menor
medida, la europea.
Observamos esta característica de supremacía
cultural en la representación política de la Provincia, donde las máximas
autoridades provienen de la cultura paraguaya, como el gobernador y el vice, el
Ministro de Desarrollo Social o el Secretario de Cultura, este último es un
gran expositor y defensor de la cultura, de la mística y de leyendas, creencias
guaranítica-paraguaya, históricamente conocidas, sin embargo, no descuida a las
demás expresiones, al contrario, los promueve y valoriza a través de una
gestión con gran talento. Ponemos de relieve estos detalles sólo como ejemplo
concreto de lo que afirmamos.
Por otra, uno de los objetivos de este trabajo
de investigación, justamente, pretende, la discusión, el debate, acción que nos
debemos como sociedad sobre nuestra propia historia y cultura, para consolidar
un claro perfil, como lo tiene, por ejemplo, la Provincia de Corrientes. Por
ello, bienvenido al disenso que nos permitirá el consenso. Agradecemos todos
los señalamientos.
El Stronismo como
cultura.
Apuntado todo lo anterior, nos centraremos en
las siguientes preguntas disparadoras del tema: ¿Cuáles fueron las causas del
surgimiento de la cultura stronista? ¿Cómo influyó en nuestras vidas, desde lo
territorial y regional desde el método de control social que lo caracterizó?
El stronismo-según narran varios autores- fue una
de las dictaduras más larga y criminal de Latinoamérica (1954-1989) será el
régimen que impondrá de forma sistemática un control total sobre la población
paraguaya y regional con el apoyo incondicional de organismos externos,
posteriormente a través del plan cóndor, en el año 1976 con otros gobiernos
dictatoriales militares del cono sur, tendrá su influencia limítrofe innegable,
con el fin de suprimir a sectores
políticos opositores, e impulsar un nuevo modelo económico centrado en
garantizar beneficios crecientes a los sectores más concentrados de poder, para
ello, se abocaron a mantener la posesión y concentración de la tierra, cuyo
recurso natural es la mayor del mundo en Latinoamérica, será la desgracia al
fin de cuentas, todo ello, acaecida en el marco de la
estrategia de la denominada “Guerra Fría”, guiada y ejecutada por la Doctrina de la Seguridad
Nacional. Es este el contexto que generó esa cultura del
miedo en el pueblo.
Reforma
educativa como instrumento solapado
En cuanto a la reforma
educativa del stronismo de 1956/1957 incorporó valores del catolicismo
tradicional a la educación como parte de una estrategia de legitimación a
través de la religión.
El papel de
historiadores afines al régimen, se situaron en la confección de libros
editados durante la dictadura. A través de un análisis del orden sintáctico y
de la selección léxica, los textos durante el stronismo, demuestran la manera
cómo han trasmitido el conservadorismo, p.j. el papel no profesional-precario
de la maestra como segunda madre, el clasismo, el desprecio hacia el idioma
guaraní y el autoritarismo (la figura de Strossner como héroe y superhombre) en
la mente de generaciones de niños y niñas y la población indefensa.
Todavía
hasta hoy, los paraguayos sufren las secuelas de aquel régimen heredada del
pasado, un sistema educativo conservador con una fuerte cultura verticalista en
las escuelas y colegios, donde rigen hasta hoy las prolongaciones de nepotismo,
clientelismo y clasismo, entremezclados solapadamente a la estructura formal de
supervisión, vía espionaje de todo tipo (el pyrague, soplón, espía, aquel
hombre mediocre que se dedica a llevar información de todo tipo, desde lo más
burdo, de lo vulgar, al jefe supremo), que, como consecuencia, se formará una
mentalidad acrítica y sumisa.
El método de
represión, corrupción y sometimiento
Mucho
antes del nacimiento del operativo Cóndor en el año 1973, Stroessner ya había
desarrollado una sistemática política de tortura, exilio, cárcel y asesinato de
toda persona que se enfrentase a su criminal gobierno, que institucionalizó la
corrupción, la ilegalidad, la violencia, la violación a los Derechos Humanos,
el ensalzamiento a la mediocridad, el conformismo, la ignorancia, como
componentes de aquella cultura del miedo.
Es
decir, creó las bases y las estructuras de lo que ayer denominábamos “Terrorismo
de Estado”, pero hoy podemos describirlo como una sólida organización criminal
estatal, tan fuerte como metodología nazi-fascista para construir un aparato
burocrático estatal prebendario, clientelista, parasitario, corrupto y carente
de todo valor y principio humano, claro, “todo
muy legal”, por medio de un andamiaje constitucional formal, como una
suerte de máscara con ramificaciones en toda la sociedad.
Así,
esa población paraguaya, sumida, cercada, por la persecución de todo tipo de
una dictadura atroz, emigrará irremediablemente de a miles durante esos 35 años
a las fronteras limítrofes, para luego seguir sus penurias y esperanzas a los
lugares más lejanos de su querida patria.
Formosa,
lugar histórico, de esos desterrados seres humanos, será uno de los puntos
neurálgico donde se instalará con toda su tragedia a cuesta: el horror, el
miedo, la sumisión, transmitiendo irremediablemente, en forma directa, todo lo
vivido, allí está aquello de “no te metas
en nada mi hijo, no hables ni digas en guaraní, obedece lo que te indiquen,
sólo mantente callado”…Como actitud de supervivencia.
En
las escuelas formoseñas les dirán “guarango”, (grosero, sucio) está prohibido
hablar en guaraní, aducen que el idioma guaraní nos hace hablar mal, endurece
la lengua y nos hace pronunciar mal las palabras, es una categoría inferior,
etc.
Todas
esas falacias sobre el dulce idioma guaraní serían derrumbadas por maestras y
maestros correntinos y luego por el destacado educador social José Yorg, quien
en su época de maestro rural, de tierra adentro, experimentó con gran éxito dar
sus clases en el famoso “jopará” para deleite de sus queridos educandos y
padres y toda la comunidad. Cabe mencionar que el guaraní es un idioma
utilizado por la ciencia, en concreto en el campo de la botánica otorgando
diversas denominaciones a las plantas.
El
especialista Nilo Zárate del Centro de Estudios
Antropológicos de la Universidad Católica de Paraguay, subraya que “el jopará (mezcla de español y guaraní) es
un caso lingüístico único, en el sentido de que es el resultado de dos lenguas
que se hacen prestaciones mutuas, pero manteniendo sus propias estructuras”.
La
tesis del libro del alemán Guido Kallfell, presentado en el año 2017 en la II
Feria de Lenguas en Asunción, Paraguay, (Gramática del jopara) alega que “El
jopará, la mezcla de español y guaraní que se ha desarrollado en Paraguay
durante más de 500 años, ha acabado siendo el guaraní hablado por la mayoría de
los paraguayos, pese a la oposición de los puristas, que abogan por el uso del
guaranieté o guaraní puro”.
Esto explicaría el
perfil cultural del hombre formoseño, claro, en gran medida, cuyos rasgos más
sobresalientes serían el perfil autoritario de algunos y sumiso, adormilado, manso,
de muchos…
¡Nos leemos y
analizamos con la última parte de lo prometido!
Referencia
bibliográfica:
*
Tesis de Sandra D’Alessandro.
*
Lorena Soler, De pronto la Iglesia nos obligó a ser Sociólogos:
http://journals.openedition.org/nuevomundo/66560
*
El Stronismo como sistema: Jorge Figueredo, desde Paraguay-13 de febrero
de 2019antimafiadosmil.com/index.php/archivo-tematico/informacion-internacional/4846-el-stronismocomosistema?fbclid=IwAR2kTMxSogFIMpQnYeJhDMTYCoRHZx1C5vV5nHxg3qRCia9ZdISL_wUko7g
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