lunes, 1 de junio de 2020

“Los paraguayos en Formosa, una rendija del pasado donde espiar”. Parte IV


Por Roque Arguello.




“Sabed que las historias perduran y nos ayudan a aprender, a comprender y a crecer”. Élia Guardiola.


“La ciudad cree que fuera de ella no hay más que paisaje, patatas y leche; ignoran que también existe una cultura noble, antiquísima e insobornable.” Alfonso Daniel Rodríguez Castelao.






Arguello comparte su invetigación histórica.
Abordamos en este IVº fragmento y penúltimo de la propuesta, la temática de la nefasta influencia cultural stronista en el pueblo formoseño, que algún político nos denominó en consecuencia como “formobichos”. El perfil autoritario de algunos y el perfil sumiso, adormilado, manso, de muchos, sus causas y consecuencias.

Comenzamos bajo la mirada crítica de un lector sobre nuestro trabajo de investigación, quien nos escribiera, vía Facebook, expresando su desacuerdo con la historia y consecuencias de la influencia paraguaya en nuestra Provincia de Formosa. Expone nuestro seguidor, “Usted generaliza sobre sus conceptos, sobre la cultura de los formoseños, como si fuese que todos somos descendientes de paraguayos, y Formosa es producto, nacida y nutrida y enriquecida de variadas culturas de inmigrantes de todas partes del mundo, con distintas características, todas positivas, tantos de los paraguayos, italianos, árabes, judíos, alemanes, argelinos, franceses y otras nacionalidades”…...

Entendemos que la Identidad cultural de un pueblo es el conjunto de conocimientos, valores, hábitos, principios, costumbres, símbolos, creencias y modos de comportamientos, ellos funcionan como elementos cohesionadores dentro de un grupo social determinado e histórico, que actúan como sustrato para que los individuos que lo conforman puedan fundamentar y exhibir su sentimiento de pertenencia…

En las diversas culturas de los pueblos, es casi común que una de ellas tenga  preponderancia sobre las otras, pensamos que es ese el caso de la Provincia de Formosa, donde la cultura guaranítica-paraguaya tiene primacía sobre las demás, sin menoscabo, con gran respeto, como ocurrió y ocurre con las distintas inmigraciones del oeste formoseño, cuyas raíces culturales son los criollos salteños-santiagueños o la correntina y en menor medida, la europea.

Observamos esta característica de supremacía cultural en la representación política de la Provincia, donde las máximas autoridades provienen de la cultura paraguaya, como el gobernador y el vice, el Ministro de Desarrollo Social o el Secretario de Cultura, este último es un gran expositor y defensor de la cultura, de la mística y de leyendas, creencias guaranítica-paraguaya, históricamente conocidas, sin embargo, no descuida a las demás expresiones, al contrario, los promueve y valoriza a través de una gestión con gran talento. Ponemos de relieve estos detalles sólo como ejemplo concreto de lo que afirmamos.

Por otra, uno de los objetivos de este trabajo de investigación, justamente, pretende, la discusión, el debate, acción que nos debemos como sociedad sobre nuestra propia historia y cultura, para consolidar un claro perfil, como lo tiene, por ejemplo, la Provincia de Corrientes. Por ello, bienvenido al disenso que nos permitirá el consenso. Agradecemos todos los señalamientos.

El Stronismo como cultura.

Apuntado todo lo anterior, nos centraremos en las siguientes preguntas disparadoras del tema: ¿Cuáles fueron las causas del surgimiento de la cultura stronista? ¿Cómo influyó en nuestras vidas, desde lo territorial y regional desde el método de control social que lo caracterizó?

El stronismo-según narran varios autores- fue una de las dictaduras más larga y criminal de Latinoamérica (1954-1989) será el régimen que impondrá de forma sistemática un control total sobre la población paraguaya y regional con el apoyo incondicional de organismos externos, posteriormente a través del plan cóndor, en el año 1976 con otros gobiernos dictatoriales militares del cono sur, tendrá su influencia limítrofe innegable, con el fin de suprimir a sectores políticos opositores, e impulsar un nuevo modelo económico centrado en garantizar beneficios crecientes a los sectores más concentrados de poder, para ello, se abocaron a mantener la posesión y concentración de la tierra, cuyo recurso natural es la mayor del mundo en Latinoamérica, será la desgracia al fin de cuentas, todo ello, acaecida en el marco de la estrategia de la denominada “Guerra Fría, guiada y ejecutada por la Doctrina de la Seguridad Nacional. Es este el contexto que generó esa cultura del miedo en el pueblo.

Reforma educativa como instrumento solapado

En cuanto a la reforma educativa del stronismo de 1956/1957 incorporó valores del catolicismo tradicional a la educación como parte de una estrategia de legitimación a través de la religión.

El papel de historiadores afines al régimen, se situaron en la confección de libros editados durante la dictadura. A través de un análisis del orden sintáctico y de la selección léxica, los textos durante el stronismo, demuestran la manera cómo han trasmitido el conservadorismo, p.j. el papel no profesional-precario de la maestra como segunda madre, el clasismo, el desprecio hacia el idioma guaraní y el autoritarismo (la figura de Strossner como héroe y superhombre) en la mente de generaciones de niños y niñas y la población indefensa.

Todavía hasta hoy, los paraguayos sufren las secuelas de aquel régimen heredada del pasado, un sistema educativo conservador con una fuerte cultura verticalista en las escuelas y colegios, donde rigen hasta hoy las prolongaciones de nepotismo, clientelismo y clasismo, entremezclados solapadamente a la estructura formal de supervisión, vía espionaje de todo tipo (el pyrague, soplón, espía, aquel hombre mediocre que se dedica a llevar información de todo tipo, desde lo más burdo, de lo vulgar, al jefe supremo), que, como consecuencia, se formará una mentalidad acrítica y sumisa.

El método de represión, corrupción y sometimiento

Mucho antes del nacimiento del operativo Cóndor en el año 1973, Stroessner ya había desarrollado una sistemática política de tortura, exilio, cárcel y asesinato de toda persona que se enfrentase a su criminal gobierno, que institucionalizó la corrupción, la ilegalidad, la violencia, la violación a los Derechos Humanos, el ensalzamiento a la mediocridad, el conformismo, la ignorancia, como componentes de aquella cultura del miedo.

Es decir, creó las bases y las estructuras de lo que ayer denominábamos “Terrorismo de Estado”, pero hoy podemos describirlo como una sólida organización criminal estatal, tan fuerte como metodología nazi-fascista para construir un aparato burocrático estatal prebendario, clientelista, parasitario, corrupto y carente de todo valor y principio humano, claro, “todo muy legal”, por medio de un andamiaje constitucional formal, como una suerte de máscara con ramificaciones en toda la sociedad.

Así, esa población paraguaya, sumida, cercada, por la persecución de todo tipo de una dictadura atroz, emigrará irremediablemente de a miles durante esos 35 años a las fronteras limítrofes, para luego seguir sus penurias y esperanzas a los lugares más lejanos de su querida patria.

Formosa, lugar histórico, de esos desterrados seres humanos, será uno de los puntos neurálgico donde se instalará con toda su tragedia a cuesta: el horror, el miedo, la sumisión, transmitiendo irremediablemente, en forma directa, todo lo vivido, allí está aquello de “no te metas en nada mi hijo, no hables ni digas en guaraní, obedece lo que te indiquen, sólo mantente callado”…Como actitud de supervivencia.
 
En las escuelas formoseñas les dirán “guarango”, (grosero, sucio) está prohibido hablar en guaraní, aducen que el idioma guaraní nos hace hablar mal, endurece la lengua y nos hace pronunciar mal las palabras, es una categoría inferior, etc.

Todas esas falacias sobre el dulce idioma guaraní serían derrumbadas por maestras y maestros correntinos y luego por el destacado educador social José Yorg, quien en su época de maestro rural, de tierra adentro, experimentó con gran éxito dar sus clases en el famoso “jopará” para deleite de sus queridos educandos y padres y toda la comunidad. Cabe mencionar que el guaraní es un idioma utilizado por la ciencia, en concreto en el campo de la botánica otorgando diversas  denominaciones a las plantas.

El especialista Nilo Zárate del Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica de Paraguay, subraya que “el jopará (mezcla de español y guaraní) es un caso lingüístico único, en el sentido de que es el resultado de dos lenguas que se hacen prestaciones mutuas, pero manteniendo sus propias estructuras”.

La tesis del libro del alemán Guido Kallfell, presentado en el año 2017 en la II Feria de Lenguas en Asunción, Paraguay, (Gramática del jopara) alega que “El jopará, la mezcla de español y guaraní que se ha desarrollado en Paraguay durante más de 500 años, ha acabado siendo el guaraní hablado por la mayoría de los paraguayos, pese a la oposición de los puristas, que abogan por el uso del guaranieté o guaraní puro”.

Esto explicaría el perfil cultural del hombre formoseño, claro, en gran medida, cuyos rasgos más sobresalientes serían el perfil autoritario de algunos y sumiso, adormilado, manso, de muchos…

¡Nos leemos y analizamos con la última parte de lo prometido!



Referencia bibliográfica:
* Tesis de Sandra D’Alessandro.
* Lorena Soler, De pronto la Iglesia nos obligó a ser Sociólogos:
 http://journals.openedition.org/nuevomundo/66560 
* El Stronismo como sistema: Jorge Figueredo, desde Paraguay-13 de febrero de 2019antimafiadosmil.com/index.php/archivo-tematico/informacion-internacional/4846-el-stronismocomosistema?fbclid=IwAR2kTMxSogFIMpQnYeJhDMTYCoRHZx1C5vV5nHxg3qRCia9ZdISL_wUko7g


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