Por José Yorg, el cooperario.
“Quiero
reconocer con emoción y admiración el papel desempeñado por la mujer paraguaya.
En esos momentos tan dramáticos de la historia. De modo especial, esa guerra
inicua que llegó a destruir, casi la fraternidad de nuestro pueblo. Sobre sus
hombros de madres, esposas y viudas han llevado el peso más grande, han sabido
sacar adelante a su familia y al país,
infundiendo en las nuevas generaciones la esperanza en un mañana mejor. Dios
bendiga a la mujer paraguaya, la más gloriosa de América”. Papa
Francisco.
Prosiguiendo con nuestra mirada crítica sobre la
bibliografía edulcorada de la historia formoseña que nada dice del sujeto
proverbial, el pueblo,sino que se enfoca a destacar personajes ligados al poder
estatal y por tanto cumple la función esencial de privar una mirada
Latinomericanista.
Es,según nuestro criterio, imprescindible rescatar la verdad histórica e identidad del
pueblo formoseño, porque como nos alerta Jorge Rachid “Sin el fortalecimiento de esa identidad como memoria activa, no
podremos anticipar la historia, desde la planificación estratégica de los
nuevos modelos sociales y productivos, biocéntricos, que den batalla al
calentamiento global y la destrucción de la Humanidad”.
Esa representación estatal llegaba a Formosa -desde su
época de territorio nacional- trayendo consigo mandatos de carácter ideológicos,entre
ellos, la “argentinización” de la población ignorando y soslayando sus
costumbres,hábitos y creencias,que en principo no opusieron resistencia a esas
lineas,sino más bien lo adoptaron a su forma de ser en el contexto peculiar de
Formosa.
Tal linea ideológica,conservadora y reaccionaria, sin
dudas, reconoce en Sarmiento su paternidad,con aquello de “civilización y
barbarie” y por tanto,no es de extrañar que la escuela sea una avanzada de
tales ideas tendientes a legitimar la dominación que debía aceptarse mansa y
naturalizadamente.
Pero ¿Qué implicaba eso de la “argentinización”?
A nuestro modesto entender no era más que una formula
que enmascaraba una ansiada homogeneización de sentimientos,
costumbres,visiones,patriotismo excluyente, etc,creadas a partir de ideas de
los intelectuales funcionales a la élite porteña,sobre todo el sector
agricola-ganadero, el sector oligarquico más rancio.
De modo que esa “argentinización” se hizo carne en
Formosa en sectores dominantes y expoliadores de hacheros, cosechadores
golondrinas y pequeños productores rurales que servían tambien como mano de
obra barata y abundante. Este mecanismo atentó fuertemente
contra el proceso cultural-educativo de identidad genuina del pueblo formoseño,
generando muchas veces una mentalidad enajenada porteñista y unitaria.
Naturalmente la llegada de peronismo en el gobierno
nacional en 1946 va significar un trastocamiento a esta corrientes colonizadora
bajo el ropaje de “argentinización” y pronto reaccionaron conspirando, se sintieron
ofendidos estos sectores privilegiados por la linea que acogía a migrantes Latinoamericanos y puso en el centro
de atención a la clase trabajadora. Al decir de Jorge Rachid “lo lograremos si somos capaces como pueblo,
de reconstruir la solidaridad social activa, en un proceso de recuperación de
la historia revisionista, que abandone la teoría de la resignación nacional, en
nombre de la dicotomía “civilización o barbarie”, que hizo adorar lo
civilizatorio lo extranjero y denigrar lo propio, lo criollo, lo argentino y
latinoamericano”.
No es entonces de extrañar que hombres y mujeres en
plena ejecución de políticas más rancias neoliberales en la década de 1990 provocaran
la correcta reacción en contrario, erigiendo una organización cooperativa
inédita: TECNICOOP.
Si bien el pueblo se expresaba de manera aislada y
esporádica en su amor a las cooperativas,estos sentimientos profundos
enraizados en las mentes y corazones alentaron a realizar un exhaustivo
analisis del abandono de los valores y principios cooperativos formoseños ante
la indiferencia estatal, y entonces producimos una correcta lectura y establecí
las lineas estratégicas de acción educativa,gremial y política cooperativa en
base a ese verdadero mandato del pueblo laborioso formoseño. Somos parte del
pueblo y como tal rescatamos su historia cooperativa para afirmarla.
Nos asumimos continuadores de aquella gesta creativa
que conformó la Comisión de cooperativismo escolar en el Segundo Plan
Quinquenal de Perón y así nos expresamos cotidianamente enmarcado en un
cooperativismo Latinoamericano.
Se sabe con certeza que las organizaciones son
producto de acontecimientos humanos relevantes y como tal circunstancia, la
fundación de TECNICOOP fue la resultante de una necesidad histórica, devenida
del alma del pueblo guaranítico que trajo consigo las formas de trabajo rural:
el añondivepá y el jopoi, esa es la cultura que reivindicamos.
En consecuencia, TECNICOOP ya es parte de la cultura,
identidad y educación de Formosa, nos ganamos ese sitial con sacrificios y esfuerzos
heroicos que redundan en valiosos aportes al pueblo, nos ganamos el derecho del
cariño y respeto del pueblo,karajo!
¡En la fratenidad, un
abrazo cooperativo!
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