Por José Yorg, el cooperario.
“Las
personas cambian cuando se dan cuenta del potencial que tienen para cambiar las
cosas”. Paulo
Coelho
“Nadie se
baña en el río dos veces porque todo cambia en el río y en el que se baña”. Heráclito de Efeso
Se atribuye
el concepto de “cambio transformativo” al científico social y economista
político húngaro Karl Polanyi (1886-1964),
ello en base a sus ideas expresadas en su libro “La gran transformación”, en
cuya presentación y traducción al
castellano Julia Várela y Fernando Álvarez-Uría exponen entre otros conceptos:
“Las raíces históricas
del fascismo se articulan en torno a un hilo conductor: el proceso de formación
y desarrollo de la sociedad de mercado”.
”Es pues una
investigación de un intelectual que
sabe descubrir en los proyectos de una sociedad armónica de Robert Owen (cooperativismo)
el deseo imperioso de los hombres de preservar la sociabilidad”.
Estos valiosos aportes conceptuales de Polanyi, y que hoy son rescatados
por diversos sectores y organismos de defensa de la naturaleza en pos de un
mejor modo de producción, plantean una teoría distante al neoliberalismo.
(https://traficantes.net/sites/default/files/Polanyi,_Karl_-_La_gran_transformacion.pdf)
América
Latina es escenario nuevamente de convulsión e inestabilidad
política-institucional, Brasil y Perú sobresalen en ese campo, sin embargo,
Chile, Bolivia, Colombia y otros países de la región acumulan material volátil
de insatisfacción social.
Desde la
mirada de los valores y principios cooperativos sobre estos acontecimientos ya
hemos expresados muchas veces nuestras reflexiones y nuestras modestas
sugerencias: Superar la democracia representativa y avanzar hacia una
democracia participativa. Porque entendemos con firme convicción que el buen
vivir del pueblo requiere su protagonismo.
La crisis
del capitalismo financiero global se expresa en estos ámbitos, puesto que las deudas
externas sólo producen pobreza y marginación en el seno del pueblo, mientras la
casta política se vuelve millonaria. Así, catalizadas las crisis
política-institucionales por las clases dominantes ponen de manifiesto que la
propia democracia representativa, ya no les sirve del todo a sus intereses
porque el pueblo también entrevé que esa democracia es de guaú.(en guaraní
significa “no real”, “ficción”.
El fascismo
es el último recurso de los privilegiados y en razón a ello, desdeñan la
democracia, es claramente un obstáculo, un estorbo, a su ascenso a tener mayor
poder, recurren a la represión tratando de disciplinar a las masas.
Sin dudas,
como dijo alguien, “el mundo no está hecho tan felizmente”. Nosotros
insistimos: Cooperativismo o barbarie.
En
realidad, el dilema actual en que el capitalismo financiero lle
va a la
humanidad a la crisis climática, crisis biodiversidad, crisis económica-social,
es un dilema de crisis civilizatoria, que nos llama a la reflexión en cuanto a la
necesidad de emprender un proceso de cambio transformativo humanista, a favor
de la vida, del buen vivir del pueblo.
Ese cambio
transformativo es virtuoso porque conlleva la esencia humana y cooperativa, que
requiere en este tiempo, en esta hora histórica, de la mayor voluntad política
para construir esa nueva democracia, una democracia colocada en un superior
estadio de participación popular, es decir, poner en firme la soberanía política, la independencia
económica para la justicia social.
En el caso
argentino, desmontar el Estado neoliberal que se impuso a sangre y fuego por el
golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. Este nuevo Estado, soberano e
independiente, debe tener una arquitectura moderna y dinámica que permita la
pluralidad productiva, de ideas y democratice la participación política.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!