Dialogando con José Yorg sobre “la cooperativización campesina”

 

“¿Por qué el estrato juvenil rural no se organiza en cooperativas campesinas en aras de producir en mejor calidad y cantidad y de tal modo alcanzar el buen vivir?”

 

En diálogo con el aventajado investigador social José Yorg, quien abordó la temática del campesino y su problemática (pequeño productor) desde  distintos aspectos de su universo, desde la economía capitalista que lo condiciona y ahoga, desde lo cultural, desde lo educativo, y desde las distorsiones o falsedades sobre las cooperativas. Nos introduce a la reflexión teórica sobre este problema mediante el análisis y las investigaciones que realizó durante muchos años.

“Las cooperativas campesinas-dijo Yorg- son prácticamente inexistentes en Argentina, dado que se las denomina cooperativas agropecuarias, no así en otros países Latinoamericanos como Chile. Definen a las cooperativas campesinas como “aquellas que se constituyen y actúan en un medio campesino, y propenden al desarrollo social, económico y cultural, y a la organización e integración del campesino en la economía nacional”.

Fijó que “La tiranía cívico-militar y los posteriores gobiernos de corte neoliberal arrasaron con los procesos organizativos libertarios de todo el país incluyendo a las Ligas Agrarias formoseñas, ese proceso regresivo impidió que los campesinos evolucionaran empresarialmente a través de las cooperativas campesinas”.

Cooperativización.

“Cabe preguntarnos-propuso Yorg-¿Por qué el estrato juvenil rural no se organiza en cooperativas campesinas en aras de producir en mejor calidad y cantidad y de tal modo alcanzar el buen vivir, atendiendo además que la cooperativización campesina es una necesidad económica y social del desarrollo histórico de la humanidad?”.

Señaló que “A primera vista la respuesta nos remite al desconocimiento suficiente de este tipo de organización por parte de los jóvenes, lo que agrava el problema de sus vidas presente y futuro, puesto que desconocen que la cooperativización de sus vidas y sus fecundas labores implica subir un escalón en la civilización humana”.

“En efecto,-rememoró- el movimiento agrario cooperativizado no penetró en Formosa con el vigor que lo hizo en otras provincias, como Chaco, Santa Fé, Córdoba, por tanto, aquí se evidencia una mayor necesidad de articulación de  curriculas y planes en las escuelas rurales de la educación y capacitación empresarial cooperativa,” concluyó.