“Tengo
la más firme convicción de que el gobierno nacional debiera imitar este gesto
reivindicativo al Mariscal”.
El educador social José Yorg habló recientemente sobre
la controversia desatada por el busto del Mariscal López inaugurada por el gobierno formoseño en
memoria del máximo heroe de la República del Paraguay, manifestando
enfáticamente su asombro “me sorprenden algunas críticas infundadas e
infiltradas de ignorancia y odio sobre el código simbólico”.
“Aquellas personas-continuó-que uno piensa que poseen
ecuanimidad, en esta ocasión se derbordaron en calificativos torpes, puesto que
carecen de fundamentos históricos reflexivos coerentes al opinar quizas desde
el resentimiento o peor aún desde un nacionalismo trasnochado, por el
contrario, tengo la más firme convicción de que el gobierno nacional debiera
imitar este gesto reivindicativo al Mariscal”.
Señaló Yorg que “desde mi raigambre guaranitica interpreto
bien el mensaje de este gesto inequívoco de levantar el busto al Mariscal, es
un gesto digno y noble que dirige su objetivo de reconocimiento,admiración y
reivindicación a López en quien cargaron las injurias más tenebrosas, es
también un gesto duro que interpela a aquel gobierno de Mitre, títere del
imperio ingles, responsable de llevar adelante la guerra de rapiña y genocida”.
“Muero con mi Patria”
El último mensaje de López sabiendo que con él moría
su Patria libre, próspera,industrial y
cooperativa: “Muero con mi Patria”:
“Si los restos
de mi ejército me han seguido hasta este final momento es que sabían que yo, su
jefe, sucumbiría con el último de ellos en este último campo de batalla. El
vencedor no es el que se queda con vida en el campo de batalla, sino el que
muere por una causa bella. Seremos vilipendiados por una generación surgida del
desastre, que llevará la derrota en el alma y en la sangre como un veneno el
odio del vencedor”.
“Pero vendrán
otras generaciones y nos harán justicia aclamando la grandeza de nuestra
inmolación. Yo seré más escarnecido que vosotros, seré puesto fuera de la ley
de Dios y de los hombres. Se me hundirá bajo el peso de montañas de ignominia.
Pero también llegará mi día y surgiré de los abismos de la calumnia, para ir
creciendo a los ojos de la posteridad, para ser lo que necesariamente tendré
que ser en las páginas de la historia.”
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