miércoles, 20 de octubre de 2021

¿Por qué el cooperativismo no es más fuerte en América Latina?

 

Nuestra posición sobre lo tratado: Urge la formación de la dirigencia en la ciencia de la conducción política estratégica.

 

Por José Yorg y Ana María Ramírez Zarza.

 


 “Sin coherencia no hay ninguna fuerza moral”. Robert Owen

 

 

 

Invitados por Alberto Mora Portugués del Instituto de investigación y desarrollo de la economía social-IDES-a participar de sus Ciclos de conferencias, el día sábado 16 de octubre de 2021, con las ponencias de Mirta Vuotto y  Luis Delgado Bello, excelentes aportes, por cierto.

De nuestra parte, hacemos uso de la libre expresión y exponemos aquí parte de lo que dijimos, y, como remate a este artículo formulamos, de un modo sintético, nuestras principales conclusiones que, al decir de un antiguo dicho “quedaron en el tintero”, pues no pudimos hacer una recapitulación y cierre de nuestros principales pensamientos sobre la temática en estudio “¿Por qué el cooperativismo no es más fuerte en América Latina?

Así, nuestra participación fue breve, sin embargo-superado el pudor-creemos que fueron sustanciosas para el examen del tema que nos ocupó, a tenor de las opiniones vertidas sobre nuestro análisis y reflexión, categorizándolos como excelentes y además apoyando la invitación que realizó Alberto Mora Portugués en cuanto a exponer más ampliamente esos pensamientos en el próximo ciclo de conferencias.

Tales conceptos nos animó a compartir periodísticamente nuestras modestas expresiones.

A nuestro juicio, el presente interrogante expone ausencias de objetivos geo-estratégicos y políticos potentes y convocantes para el pueblo y que de tal manera penetre en las mentes y corazones de los/as cooperativistas Latinoamericanos y que estimulen a lograr construir y  articular  lazos de poder político de incidencia.

Y por tanto, nuestra posición sobre lo tratado es que ¡¡Urge la formación de la dirigencia en la ciencia de la conducción  política estratégica!!

 Tal asunto entonces, lo ubicamos en el nivel superior de la pirámide de conducción política,  y  a tenor de ello, recordemos que existen tres niveles de decisiones: 1°.- Estratégico; 2°.-Táctico y 3°.-Operativo. Así que, preguntar  ¿Por qué el cooperativismo no es más fuerte en América Latina?, habla de lo geo-estratégico y político porque define responsabilidades de conducción política superior del movimiento cooperativo en el espacio territorial Latinoamericano.

Nuestra posición sobre lo tratado se centró en puntos del debate y exposición de ideas, tanto en nuestra  alegación oral como en forma escrita en el chab, y versó sobre los siguientes aspectos:

Debemos precisar con exactitud el contexto socio-económico en que actúa el cooperativismo Latinoamericano y verificar las fuerzas contrarias... La pregunta apunta a lo macro y expresa un problema interno y externo del movimiento cooperativo, llegamos entonces, a un problema político; el problema político debe ser resuelto para ser más fuerte, ahora, los dirigentes actuales.... ¿Tienen conciencia cierta de esto?

El cooperativismo aún no ganó las mentes y corazones del pueblo que les permita identificar al cooperativismo como un movimiento emancipador social, económico, cultural, educativo, y que les saque de la pobreza, y de tal modo cumplir con el mandato histórico de los Pioneros de Rochdale.

No existe una estrategia política acorde a la realidad del capitalismo financiero destructor; Consecuentemente, se requiere de ¡Strategos políticos cooperativos!

El cooperativismo ya no puede seguir desarrollándose de manera marginal ante un mundo sediento de alternativa socioeconómica basada en la equidad y la humanización de las relaciones de producción. Ahora, desde luego, no es ésta una tarea sin dificultades; requiere partir de un amplio espíritu generoso, realista, científico incluso y de servicio incondicional a los valores y principios de la cooperación que claman otra orientación y dinámica.

Sumamos ahora otros comentarios posteriores.

La realidad no se lee e interpreta de cualquier manera porque existen elementos sobrios en esa realidad que escapan al entendimiento cotidiano y poco avisado, requerimos de herramientas conceptuales y procedimentales que nos ayuden en esa tarea, requerimos de una  formación que nos brinda la ciencia política y así aplicar correctamente un análisis de coyuntura.

Vaya aquí, nuevamente lo que expuso Paul Lamber en su libro La Doctrina cooperativa, refiere  “En cuanto a Gide, era víctima de una curiosa ilusión: la de creer que podía comprometerse en una acción para abolir el lucro, sin esperar la resistencia y la lucha de la clase social que vive del lucro”. Es menester, entonces, no ser víctima de esa curiosa ilusión sobre el neoliberalismo. Estrategia defensiva pero también estrategia de avance es necesario.

Esa estrategia de la que hablamos- como parte de nuestra tesis- debe nutrirse de la visión que nos legó  Manuel Baldomero Ugarte-1875-1951-,   La juventud debe velar para que el sacrificio no sea estéril y no se reduzca todo a la satisfacción aparente. Hay que afrontar al fin nuestros grandes problemas. En el orden interior: la justicia social, la situación del indio, la división de la tierra; la organización de la economía nacional; en el orden exterior: la aspiración hacia la Patria Grande. Hay que organizar a la América Latina en favor de la América Latina misma y no, como ahora, en favor de los inútiles del terruño y de los piratas de afuera”.

El notable cooperativista colombiano Dr. Carlos Mario Londoño nos alecciona: “El cooperativismo es más, mucho más que una manera  democrática y ecuánime de dirigir una empresa. Es, ante todo, una concepción social y económica de la vida, para hacerla más grata, libre y fecunda para todos”. Agregamos nosotros que, esto ya nos hace acreedores de ataques de políticos-partidarios e intereses retardatarios. Es parte de nuestra tesis.

Sigamos con Londoño: “El cooperativismo como sistema económico con intereses políticos, debe cuidar sobremanera la táctica y la estrategia que emplea”. Ganar el aprecio y acompañamiento popular, sin lo cual no existe movimiento.

Y por ello repetimos lo que ya hemos dicho “El movimiento cooperativo requiere la renovación dirigencial actual para que accedan aquellos hombres y mujeres con actitudes y aptitudes que posibiliten la construcción  del Cooperativismo del Siglo XXI, por cierto, en época de decadencia del capitalismo destructor de la naturaleza”.

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!

 

 

 

 


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