Por
José Yorg, el cooperario.
“El presente estudio se estructura en torno a la preocupación de la CEPAL sobre el papel, potencial o efectivo, que puede cumplir el cooperativismo latinoamericano en el conjunto de las fuerzas sociales que interactúan en el escenario regional en los años ochenta, en un esfuerzo por contribuir a un desarrollo con crecimiento, autonomía y equidad. De hecho, desde hace ya algún tiempo la institución ha insistido en que los objetivos centrales del desarrollo son crecer, transformar la estructura productiva, mejorar la distribución de los frutos del crecimiento, lograr un mayor grado de autonomía, disminuir la vulnerabilidad externa y avanzar hacia sociedades participativas y democráticas” .CEPAL.
Es esta la segunda ocasión en que elaboramos esta columna de opinión cooperativa basándonos en textos producidos por la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL), esta vez referido exclusivamente al “Cooperativismo Latinoamericano: Antecedentes y Perspectivas”, Santiago de Chile, 1989, desde su repositorio digital.
Hoy,
podemos observar que algunos rasgos hallados en los años 89, según constan en
el citado libro, y según nuestro criterio, permanecen,como la poca o nula
“participación” de los asociados en sus cooperativas, este indicador posee
varias vertientes explicativas de tal conducta.
No
es aconsejable olvidar la fuerte penetración ideológica y política del
disciplinamiento social que los diferentes gobiernos dictatoriales ejercieron y
que permearon todos los intersticios de la sociedad, pero fundamentalmente el
hecho de que esos Estados autoritarios no fueron desmantelados y menos aún NO
avanzaron hacia la democracia participativa ante la evidente decadencia de la
democracia representativa por obra y arte del neoliberalismo.
No
es sorprendente,entonces que estas negatividades penetren en los ámbitos cooperativos
y produzcan desvirtuaciones de los principios y valores cooperativos y
surjan,también en ese contexto dirigentes con enormes falencias estratégicas y
de tácticas superiores en la conducción organizacional, cayendo en la línea
empresarista y sus nefastas consecuencias: Cooperativas sin cooperativismo.
Estamos
en tiempos de encrucijadas, en tiempos de definiciones sobre el rumbo que
tomará la humanidad para superar la crisis del capitalismo, que ahora pretende
erigirse como capitalismo reseteado en medio de la pandemia.
¿Cómo
puede-en tales circunstancias-el cooperativismo postularse para superar esta
crisis civilizatoria sin la preparación y disposición estratégica para ello?
Así llegamos al meollo del asunto aquí tratado: La débil incidencia política transformadora del cooperativismo en la realidad latinoamericana. Sin embargo, la voluntad consensuada puede abrir un proceso de búsqueda y perspectivas de redefiniciones necesarias para ejercer verdadera incidencia transformadora cooperativa, y ello, pasaría por la construcción de su poder político”.
La
magnitud y vigencia del cooperativismo según la CEPAL.
Nos refiere el libro en estudio. “La magnitud y vigencia del cooperativismo,
que cumple casi un siglo de permanencia en América Latina, su presencia
histórica en la región en sectores económicos y sociales, la urgencia de
establecer un diálogo más amplio con todos ios actores sociales reales o
potenciales, el redimensionamiento de los problemas a que obliga la crisis, son
algunos de los factores que impulsaron a la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe (CEPAL) a incluir este tema en el programa de trabajo de su
División de Desarrollo Social a partir del año 1984”.
Y prosigue: “El análisis del cooperativismo no es inédito en la Comisión, pues
desde los años cincuenta se ha estudiado el tema con mayor o menor
sistematicidad. Al respecto se han abordado algunas áreas concretas en relación
con el ámbito rural, se han analizado los sectores productivos y se ha
examinado la participación y los vínculos de ésta con las organizaciones
populares. Asimismo, el cooperativismo ha estado presente en los análisis de
los procesos de reforma agraria de los países de la región e incluso en los
debates de las Naciones Unidas sobre algunos temas de preocupación
internacional, como la paz, la situación de las mujeres y de los jóvenes, como
también los problemas de empleo, organización social y solución económica”.
“La
perspectiva desde la cual se aborda el cooperativismo en el presente libro
comprende una búsqueda más sistemática de información sobre la situación actual
del pensamiento, del movimiento y del sector cooperativo en la región, en un
esfuerzo por vincular la problemática del fenómeno con las inquietudes más
globales de la CEPAL sobre el desarrollo latinoamericano. Al respecto, plantea
la interrogante acerca del papel que efectivamente podría jugar esa modalidad
de organización en el complejo escenario latinoamericano de los años ochenta”.
“Los
criterios dominantes, frente a la heterogeneidad de situaciones nacionales y al
interior de los países analizados, consistieron en profundizar en lo posible el
conocimiento sobre el tema, establecer bases más sólidas para el diálogo, y
delinear algunas tendencias principales que permitieran contribuir a la
formulación de políticas”.
Claro que, orgánicamente, el
cooperativismo Latinoamericano podría, si es capaz de juntar voluntades
decisivas, desempeñar un papel transformador de la realidad doliente e injusta,
¡karajo!
¡En
la fraternidad, un abrazo cooperativo!
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