Por Roque Arguello.
“Sabed que las historias perduran y nos ayudan
a aprender, a comprender y a crecer”.
Élia Guardiola.
Adelantamos
la próxima entrega, abordaremos la temática: La nefasta influencia cultural
stronista en el formoseño (que algún político nos denominó en consecuencia como…
formobichos). El perfil autoritario de algunos y el perfil sumiso, adormilado,
manso, de muchos…
Continuando
con nuestra narrativa histórica sobre nuestra raíz e influencia cultural
guaranítica, de nuestras ascendencias, producto de la migración de exiliados
políticos y/o económicos que llegaron a la tierra formoseña en busca de amparo
a sus penurias, pero también a nuevas esperanzas. De tal modo, entonces, esta
tercera parte -al igual que las dos anteriores- y las subsiguientes que
entregaremos a modo de capítulos. Pretendemos elaborar un documento que sea lo
más amplio posible y que abra esa rendija del pasado donde espiar y conocernos
mejor, para ser mejores, humanamente hablando.
Nos
sentimos alagados y agradecidos hacia aquellos lectores, quienes, de distintos
lugares del mundo, nos acercan testimonios y bibliografías de distintos autores, procedencia,
y miradas, vivencias propias o de transmisiones directas de sus antepasados u
allegados que nos nutren.
La influencia religiosa y creencias.
La
festividad religiosa era y aún lo son, verdaderos encuentros colectivos de la
tradición cultural cristiana y de la paraguayidad.
Los
días festivos de la Natividad de María o de las diversas vírgenes y de santos
patronos de cada pueblo, se realizaban con gran entusiasmo dado que la preparación
para tal acontecimiento se hacía gala de ornamentaciones llamativas construidas
por toda la comunidad. Ejemplo de ello constituían y constituyen el día de la
virgen de Ca’a cupé, el 8 de diciembre, San Juan, el 24 de junio, día en que se
realiza el tatapyi ári jehasá, (caminar, pasar, sobre las brasas en llamas) San
Miguel, el 29 de septiembre, San Roque el 16 de agosto y así, cada pueblo con
descendencia paraguaya tiene su santo patrono de invocación…
En
cuanto a las procesiones, como parte y arte de los actos religiosos, se
realizaban en el día específico del santo o la virgen, pero también pudiera
darse cuando algún fenómeno natural o sobre-natural se desataba sobre el
territorio o paraje, como la sequía, ocasión más que suficiente para recurrir
en solicitud de amparo al santo o virgen, respectivamente, en ruego a que la
lluvia bendiga la tierra.
Mitos y leyendas
La convivencia de lo pagano con la
cristiandad se entrecruzan y generan mitos y leyendas, devenidos por algún acontecimiento
de fuerte impacto, tales como la muerte inédita-repentina de algún vecino o un
animal domesticado, se atribuía al mentado payé su origen de daño (creencia de
que le hicieron una maldad,). Otro personaje es el karaí pyharé (señor de la
noche) y otras tantas, como el pombero, y el luisón, (un perro gigantesco que
aparecía en las noches de luna llena espléndida y los días viernes), ellos aseguraban
que los veían, en cambio yo, nunca pude verlo, a pesar de mi búsqueda
permanente en los tiempos campesinos de mi vida. El jasý jateré (personaje
increíble que aparecía por la siesta para llevar los niños) y otras tantas creencias míticas,
que provenían de la cultura guaranítica primitiva.
Es
indudable que estas construcciones subjetivas, a partir de sus creencias
religiosas, míticas y de leyendas del ser paraguayo-formoseño, caló hondo en la
observación y construcción de una conciencia ingenua de su realidad cotidiana y
social, no científica, que hasta nuestros días perduran. Un aspecto que se
evidencia en el carácter es la resignación a un destino de pobreza (peichantema
jaikó vaerá ñandé mboriahui) (así nomás ya hemos de vivir los pobres,
resignados) (hetaiteve la ára pora que la ára vai).
Causas y consecuencias del éxodo
guaraní.
Con
dos guerras en tan solo 63 años y una guerra civil, con una población devastada,
el paraguayo, partirá al destierro, Formosa, territorio arrebatado a su patria
por uno de sus tres atacantes, la Argentina, en la contienda contra el Paraguay
de 1865-1870. Ese hecho nos ilustra que el migrante paraguayo tuvo que sufrir
un escarnio adicional que nos demás migrantes no padecieron.
Un
elemento a considerar, luego de las Campañas a conquistar territorios en el
siglo XIX en Argentina, vendría la mala distribución de la Tierra, dado que se
concentró en pocas manos, omitiendo a inmensos aspirantes a ello. Hacia finales
del Siglo XIX, sólo por citar un ejemplo, en Formosa, hasta 1891, por
aplicación de la Ley Avellaneda, se entregaron 936.730 hectáreas repartidas así:
diez concesiones de 80.000 hectáreas cada uno; una de concesión de 79.457
hectárea; una de 32.500; una de 20.000; una 4.773. (Para Comprender a Formosa,
Prieto H. Antonio, pag.84).
Así,
los paraguayos, nuestros abuelos, padres y tíos que, en cantidades importantes,
llegaron a un territorio de posesión y control militar, por dos razones, una,
la hipótesis de conflicto con el Paraguay, y dos, por la retirada de Villa
Hayes, como consecuencia de la decisión arbitral del Presidente norteamericano
Rutherford Birchard Hayes, cuyo nombre lleva, como capital del gran Chaco.
Tal
situación generó en las fuerzas argentinas, apostadas en la frontera, cierto
resquemor o animadversión hacia los recién llegados, amén de un control
permanente sobre sus actividades, causando temor, prueba de ello, es el hecho
de que a los paraguayos se les otorgó en ocupación las tierras sobrantes como
minifundistas, también trabajaron como peones y como mano de obra barata en los
obrajes y en la cosecha algodonera y otras producciones.
Aquí
en estas rápidas e incompletas observaciones del infortunio del migrante
paraguayo y su familia en territorio casi hostil, se comprende porqué en la
educación de los padres hacia sus hijos estuvo presente el consejo de no
inmiscuirse en acciones políticas. Sin embargo, en razones fundadas en derechos
adquiridos, por sudor y sacrificio, que contribuyeron al desarrollo productivo
formoseño, se vieron empujados a organizarse en defensa legítima, como campesinos,
acompañados por la Iglesia: Las ligas agrarias.
Adelantamos
la próxima entrega, abordaremos la temática: La nefasta influencia cultural
stronista en el formoseño (que algún político nos denominó en consecuencia como…
formobichos). El perfil autoritario de algunos y el perfil sumiso, adormilado,
manso, de muchos…
Continuaremos...
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