Por José Yorg, el
cooperario
“Tenemos la más firme convicción
de que el pensamiento cooperativo germinará en la conciencia del pueblo”. J.Y.
“Para
Giroux (2000) los docentes deben tener un control teórico de las formas en que
se construye la diferencia, ya que ésta puede adoptar diversas representaciones
y prácticas que nombran, legitiman, marginan y excluyen las voces de los grupos
subordinados”. Luis
González Martínez.
Compartimos
amigablemente nuestro pensamiento reflexivo y transformador del cooperativismo,
realizamos el análisis a la luz de nuestra participación y experiencia en el
constructo Foro del poder político
cooperativo Latinoamericano en que, el debate político y doctrinario
cooperativo es intenso, y concluimos que el cooperativismo clama nueva
reinterpretación de su rol a partir de
su eje político.
En efecto estamos
promoviendo el debate a fondo sobre la crisis del capitalismo financiero y su
nefasta consecuencia enclavado en el pueblo, hambre, miseria, desesperanza y
además la despolitización que deja inerme al agredido/a por las políticas
públicas erróneas.
Entonces, el
cooperativismo, como movimiento y sistema socio-económico que se expresa en la
sociedad por medio de las cooperativas y que desde ellas, desde su interior, es
posible constatar que está anhelante de nuevas corrientes de pensamiento
dinámico.
Revisar
minuciosamente los contenidos conceptuales y procedimentales de la educación
cooperativa, desgajarla de la influencia de la pedagogía liberal-capitalista,
es una tarea urgente y previa para implementar una genuina educación cooperaria,
una educación fuertemente contestataria al neoliberalismo.
Los saberes, socialmente
relevantes por su positividad humana del cooperativismo educacional, aún están
marginados y excluidos, amputados de mil formas, pero la peor forma de
excluirla es impregnarla de pedagogía liberal, debemos liberarla de esa trampa
oculta por medio de La corriente pedagógica cooperaria: (https://baidc.revistas.deusto.es/article/view/2200)
Nuestra tarea inmediata.
Nuestra tarea
inmediata es hacer lo que estamos haciendo: crear e impulsar con vigor un
espacio y un movimiento donde debatir y aportar nuevas visones que dé cuenta y
razón de la necesidad de renovar y vigorizar los valores y principios
cooperativos desde su eje político.
Ante una galopante
inflación que tiene por fin sacarle el poco dinero que tiene el pueblo en su
bolsillo y destinarlos a los bancos en un juego financiero que vino a quedarse,
las cooperativas no pueden permanecer
impávidas, porque además deben responder a su génesis histórica de construir
lenta pero ininterrumpidamente un mundo mejor.
Tenemos la más firme
convicción de que el pensamiento cooperativo germinará en la conciencia del
pueblo y por tanto, nuestra tarea reflexiva se ha vuelto imprescindible por su
valor renovador.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!
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