“Lo fundamental, muchos educandos no alcanzaron el hábito de estudiar en sus casas, pues bien, ¡¡estudiemos en el salón de clases!
La escuela primaria N° 532 Dr. René Favaloro” de Formosa, es el escenario de una
propuesta pedagógica innovadora, pues impactó la vida académica de los
estudiantes de 6° grado. El Prof. José Yorg
puso en marcha el Proyecto “Estudiar en Clase”, una metodología que
rompe con el aprendizaje mecánico y propone algo tan simple como poderoso:
entender antes de hacer.
El modelo, teorico-práctico de enseñanza se basa en dedicar entre 15 y 20 minutos diarios a un espacio: Lectura y estudio de los contenidos,luego los alumnos no sólo resuelven ejercicios, sino que explican en voz alta cómo calculan la operatoria , explican paso a paso el procedimiento matemático.
“Cuando un chico entiende lo que hace,
deja de tener miedo y pasa a exponer ante sus compañeritos”, afirma Yorg,
convencido de que “la clave del aprendizaje real está en la comprensión
conceptual y luego lo procedimental”,
Del
cálculo mecánico al pensamiento matemático.
Lejos del modelo repetitivo que dominó las
aulas durante décadas, la propuesta persuade al estudiante a estudiar,detenerse,
analizar y argumentar. El resultado: más participación, más seguridad y un
notable crecimiento en la capacidad de resolver problemas complejos.
En una de las actividades más llamativas
del proyecto, los alumnos deben exponer ante la clase cómo resolvieron un
ejercicio, justificando paso a paso. Para muchos, es la primera vez que la
Matemática deja de ser “hacer cuentas” y se convierte en un ejercicio de
pensamiento matemático.
Impacto
real en los estudiantes.
Muchas madres expresaron su complacencia y Yorg destacó que “las
evaluaciones tradicionales prácticamente ya resultan obsoletas, pues la
participación diaria de los educandos es materia prima para calificarlos”.
Los avances se ven se hacn evidentes ya que
a simple vista los chicos ya no preguntan “¿Qué fórmula uso?” sino “¿Qué
significa este dato?” Un cambio pequeño en apariencia, pero profundo en
términos pedagógicos.
El proyecto muestra mejoras en: Resolución
de problemas combinados, cálculo de porcentajes, comunicación matemática y
confianza frente a desafíos nuevos. Y lo fundamental, muchos no alcanzaron el hábito de estudiar en sus casas, pues bien, ¡¡estudiemos en el salón de claes!
Un
modelo que podría replicarse.
A raíz de los resultados, la propuesta se presenta como una alternativa
concreta a las dificultades históricas de la enseñanza y aprendizajes de las
matemáticas, por tanto,esta experiencia está lista para replicarla.
Mientras tanto, José Yorg sigue ampliando
y ajustando la metodología: “Los chicos pueden aprender Matemática con
profundidad. Solo necesitan entender, teorizar y practicar con sentido y
sentirse acompañados”, cerró Yorg.
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